El ministerio de Obras Públicas, Alcaldesa del Distrito Nacional y Alcalde de Santo Domingo Este deben actuar ahora
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SANTO DOMINGO.-El Puente de la 17, también conocido como Puente Francisco del Rosario Sánchez, es una estructura emblemática que une al Distrito Nacional y al municipio de Santo Domingo Este. Fue inaugurado en 1974 durante el gobierno de Joaquín Balaguer, construido por la empresa venezolana Industrias Metalúrgicas Van Dam, S.A. y ha sido vital para la conexión entre ambos municipios.
La necesidad de construir el Puente de la 17 surgió debido al crecimiento de los barrios capitaleños y la insuficiencia de los puentes existentes sobre el río Ozama, como el puente Duarte y el Matías Ramón Mella. La inauguración del puente se llevó a cabo en 1974, con un costo de 4.4 millones de pesos. Su estructura metálica de aproximadamente 800 metros de longitud cuenta con cuatro carriles, dos en cada dirección, y cuatro juntas de expansión en cada sentido.
Desde su apertura, el puente ha sido un enlace crucial para el transporte público y privado, con más de 60 mil vehículos y aproximadamente 200 mil personas transitando diariamente entre el Distrito Nacional y Santo Domingo Este. En sus primeros años, el puente representó una solución moderna y eficiente para la movilidad urbana, facilitando el acceso a diversas zonas de la capital y sus alrededores.
El Puente de la 17 es esencial para la conectividad vial del Gran Santo Domingo, especialmente entre el Distrito Nacional y Santo Domingo Este. Este puente no solo facilita el tránsito de vehículos, sino que también es un punto de acceso clave para los residentes de las zonas más densamente pobladas de ambas demarcaciones. Su importancia estratégica radica en su capacidad para soportar cargas pesadas y su papel en la movilidad urbana, permitiendo el flujo constante de personas y mercancías.
A pesar de su importancia, el Puente de la 17 enfrenta un grave deterioro debido a la falta de mantenimiento adecuado por parte de las autoridades ambas alcaldías y del ministerio de Obras Públicas. La estructura metálica del puente muestra signos evidentes de corrosión, agujeros y parches improvisados. El óxido ha afectado las láminas y vigas, y se pueden observar pequeñas fisuras en las uniones soldadas.
El deterioro del puente no solo afecta su apariencia, sino que también representa un peligro significativo para los transeúntes y las familias que viven debajo de él. Los residentes han reportado la caída constante de fragmentos metálicos, tornillos y concreto sobre sus techos, lo que ha generado preocupación y medidas de protección improvisadas. La falta de mantenimiento rutinario efectivo ha llevado a una situación crítica, donde el puente podría colapsar si no se toman medidas urgentes.
Urge implementar un proceso de inspección y evaluación estructural de manera periódica y detallada de la estructura del puente para identificar y evaluar los puntos críticos de oxidación, fisuras y otros daños. Esto incluye la medición y calibración de todos los elementos estructurales como vigas, nudos y placas.
Además, el reforzamiento y reparación mediante la implementación de un sistema de protección y reforzamiento de los elementos estructurales que no cumplan con los espesores requeridos. Esto puede incluir la sustitución de piezas dañadas y la aplicación de tratamientos anticorrosivos para prolongar la vida útil del puente.
Sobre la necesidad del mantenimiento rutinario, establecer un programa de mantenimiento que incluya la limpieza de la estructura, la reparación del pavimento y la revisión de las juntas de expansión. Este programa debe ser ejecutado por un equipo de técnicos calificados y supervisado por las autoridades competentes.
Implementar un sistema de monitoreo constante del comportamiento estructural del puente, utilizando tecnología avanzada para detectar cualquier cambio en su estado. Esto permitirá una respuesta rápida ante cualquier problema y garantizará la seguridad de los usuarios.
Priorizar el traslado de las familias que residen en las inmediaciones del puente, especialmente aquellas que viven directamente debajo de la estructura. Esto es fundamental para evitar cualquier tragedia en caso de un colapso repentino.
Llevar a cabo campañas de concientización y educación para informar a la comunidad sobre la importancia del mantenimiento del puente y las medidas de seguridad que deben seguir. Involucrar a los residentes en el proceso de vigilancia y reporte de cualquier problema estructural.
El Puente de la 17 es una infraestructura vital para Santo Domingo Este y el Distrito Nacional, pero su deterioro actual representa un peligro significativo para la comunidad. Es esencial que las autoridades tomen medidas urgentes para su mantenimiento y reforzamiento, garantizando así la seguridad de los transeúntes y la continuidad de su función estratégica en la movilidad urbana. Con un enfoque integral y colaborativo, es posible preservar esta estructura histórica y asegurar su uso seguro para las generaciones futuras.
Historia del puente de la 17, Ensegundos.do; El abandono del puente de la 17, Diario Libre; imagénes de: El Nacional, Hoy